Raquel Meroño

Tengo 15 añitos en cada pata
 de gallo
Raquel Meroño Coello es...estoooo...venga va, llamémosla actriz española. Es la típica actriz-presentadora-azafata florero que está ahí por su cara bonita y poco más.
Su papel más irrisorio fue en la serie juvenil de Al salir de clase, donde fue Paloma y se suponía que era una alumna. Probablemente repitió y se le atragantó varios cursos.
Después de eso, papeles basura en series de mierda y películas bastante mediocres.

Se gastó 18.000 euros en operaciones y ahora tiene una expresión más dura al haberse retocado los pómulos y haberse aumentado el labio superior. Se podía haber quedado quietecita, la verdad, pero claro, ya se notaba demasiado que no tenía 15 años.

Trayectoria

Tras pasar una horrible infancia en la que tuvo que soportar rimas con su apellido, comenzó su carrera televisiva como azafata florero del concurso Uno para todas. Más tarde, en 1996, presentó el espacio Pelotas fuera de Antena 3 y en 1997, fue miembro del jurado del programa de la misma cadena Menudas estrellas.

Después de eso, y de los directivos comprobar que no servía para nada, comenzó su declive.
Aceptó participar en la serie juvenil de Al salir de clase, donde fue Paloma. Luego le siguió Esencia de poder y en 2003 llegó su ocaso definitivo, aunque en 2004 llegaría, el papel de Julia en la serie Paco y Veva, aquella aberración de TVE.

En 2005 participó en un episodio de Aída. En 2006 formó parte del elenco de Con dos tacones, serie para Televisión española en la que daba vida al personaje de Mónica. No duró la serie ni un suspiro. No fue hasta finales del 2008 hasta que le ofrecieron un papel en otra serie de mierda, esta vez, Yo soy Bea, sustituyendo a Mónica Estarreado, por lo que casi se podría decir que fue un intercambio de jamonas.

Y a partir de ahí nada. Montó un chiringuito en una playa que se lo llevó una borrasca. El marido la dejó y ella se montó una empresa de localización para eventos.

Cine

Ha trabajado sobretodo en películas italianas y en españolas. Las tiene malas, peores y de esas que es mejor que un gitano te lance un ladrillo a la cara antes que verla.

Primero en una producción barata estadounidense llamada El año que trafiqué con mujeres, la cual toma a Steven Seagal como referencia, el célebre personaje protagonista de una serie de películas de calidad dudosa. 

Tras eso llegó una auténtica bazofia hecha con desgana llamada Bajo aguas tranquilas. Una mierda resultante de finiquitar, mal y rápido, el contrato que Brian Yuzna firmó con Filmax. Una película plagada de efectos especiales de baratillo con momentos bochornosos y grotescos vía diálogos idiotas y trascendentes provocan una infinita vergüenza ajena.

El elenco de actores no puede ser más mediocre, de tercera o cuarta regional: David Meca, Raquel Meroño, Diana Peñalver, Pilar Soto, etc, doblados por inexpertos con fuerte acento. Incluso José María Pou lo hace bastante mal. Hasta las tetas son falsas y para eso están otro "tipo" de películas más directas vía gratificante erección. 

La siguiente fue The Mark una película de terror, Thriller y mexicano. Estas tres cosas dan miedo juntas, no por lo que contenga la cinta si no por el resultado que puede salir de esa mezcla y si encima Raquel Meroño sale, pues apaga y vámonos. No le hemos visto pero la sinopsis trata de Mark Draveni, carismático líder de una vampírica y extravagante hermandad, se ve seducido por una nueva alumna del instituto, una maléfica rubia llamada Serena y bla, bla, blá. Recuerda al Kibris de Paula Vázquez.

No creemos que sea peor, porque ya sería delito contra los derechos humanos y hubiese salido en todos los periódicos. 
Si Lovecraft levantara la cabeza y viese su interpretación en  Dagon, la secta del mar seguro que se volvía a morir. Gore cutre, caretas baratas y malos actores (incluso Paco Rabal). Parece que solo le dieron el papel para que saliera en bolas con ketchup.

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